Hospital de Día Hestia Palau, 20 años de éxito asistencial

Hospital de Día Hestia Palau, 20 años de éxito asistencial

Paz, comprensión, estabilidad, liberación, autoestima, compañerismo, hogar. Con palabras como éstas definen las personas usuarias el Hospital de Día de Hestia Palau, que este verano ha celebrado su 20 aniversario. Este servicio, ubicado en la planta baja del edificio histórico del Palau de la Mutualitat de la antigua “Quinta de Salud la Alianza”, en la barcelonesa calle Sant Antoni Maria Claret, quiso celebrar este aniversario por todo lo alto.

«Invitamos a usuarios y familiares del Hospital de Día, y celebramos la verbena de San Juan con pica-pica y cocas. Los usuarios habían estado ensayando durante unos meses un concierto en formato coral, que tuvo lugar ese día, y también compartimos la importancia de poder asistir al Hospital de Día, bailamos y disfrutamos de un día especial», rememora Alba Corredera. De la importancia a la que alude esta neuropsicóloga del Hospital de Día dan fe los comentarios de algunas de las personas usuarias.

 «El Hospital de Día para mi es la paz y la calma a mi mal genio, la tranquilidad a mis nervios, la energía a mi cansancio, la risa, los llantos, las miradas cómplices de comprensión a tus problemas, la estabilidad emocional. Por encima de todo, los compañeros y compañeras y la asistencia que recibimos por parte del Equipo del Hospital de Día» explica una de ellas.

Para otra, este servicio es como «un hogar, donde sentirte entendido al momento, donde no hay que llevar la «máscara» de estar mal para que se den cuenta los demás, donde sanar no solo las heridas físicas sino también las más profundas», mientras que para otro usuario acudir al Hospital de Día ha supuesto una «liberación».

«Me siento comprendido al estar con otras personas con la misma patología que yo. He aumentado mi nivel de voz gracias a la logopeda y con los ejercicios de la fisio que hago aquí y luego practico en casa. En definitiva, me ha ido muy bien, he aumentado mi autoestima y tengo más claras mis limitaciones», se explaya este usuario.

Sus referencias son excelentes, pero ¿en qué consiste exactamente este servicio?

Asistencia multidisciplinar en régimen diurno

 «El Hospital de Día de Hestia Palau está destinado al tratamiento ambulatorio de personas con daño o disfunción cerebral que presentan deterioro cognitivo, conductual, emocional o alteraciones motrices y/o del habla.  Se trata de una asistencia multidisciplinar en régimen diurno que permite dar tratamiento de tipo rehabilitador, estimulativo y preventivo considerando las necesidades de cada paciente. No solo ofrece un servicio de rehabilitación integral al paciente, sino también soporte y orientación a sus familiares y/o cuidadores», detalla Corredera.

En la actualidad, el Hospital de Día de Hestia Palau cuenta con 40 plazas concertadas con el Servicio Catalán de Salud que son atendidas por un equipo especializado formado por una médico geriatra, dos neuropsicólogas, una logopeda, una fisioterapeuta, una terapeuta ocupacional y dos auxiliares de enfermería. De esta manera, se garantiza que el tratamiento se realiza desde esa vertiente interdisciplinar a la que aludía Corredera, ofreciendo intervención neuropsicológica, logopédica, de fisioterapia y de terapia ocupacional, apoyada por la intervención médica y personal de enfermería.

Para esta profesional de Hestia Palau, el abordaje que se realiza desde este recurso implica tratamientos no farmacológicos que «ofrecen un seguimiento terapéutico especializado y continuo manteniendo a la persona en su entorno social y su núcleo familiar» y tienen como objetivo principal «mejorar, mantener o prevenir las alteraciones cognitivas, motoras, emocionales y conductuales».

«A grandes rasgos, podríamos decir que el Hospital de Día es importante para fomentar el bienestar emocional y el contacto social de los y las pacientes, promover su autonomía, prevenir la sobrecarga del cuidador o de la cuidadora, favorecer la inclusión de los y las familiares en el proceso terapéutico, mejorar la dinámica familiar y/o ambiental facilitando la adaptación a los déficits y facilitar la aceptación emocional de las pérdidas», concluye Corredera.

 

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